Extraviado en los constantes dimes y diretes de esta vida,
Me he cansado de seguir ciegamente
Esa vía que no tiene fin,
Comienzo a andar sin darme cuenta,
Me detengo,
Me perturbo con rostros y miradas
De gente que,
Ahora que me doy cuenta
Son apenas conocidos por mi.
Rostros, mirada, caras,
Desvelos,
Que son sino tormentos en ocasiones,
De pasados, de fantasmas que preferiría uno olvidar.
Pero ahhh no, este viejo cuerpo
Me provoca a recordar,
Con una memoria tan fresca
Como aquel libro religioso tan conocido,
Y no lo digo por lo sacro,
No señor,
Sino por las frases tan gastadas y olvidadas,
Que solo sirven para sermonear
A aquellos temerosos de sus propias vidas,
Sin darse cuenta que no hace falta un extraño para criticarnos,
Sino una rienda o una yunta bien puesta,
Por que ser así es legar lo mismo a lo distinto.
Pero torturarse muchas veces es mejor que seguir viviendo creando recuerdos,
Por que esos recuerdos, con la edad,
Llegan a cambiar,
En cambio, un recuerdo fresco,
Puede ser mas cruel y mas doloroso.
Que tengo miedo a seguir dicen muchos,
Yo mas bien,
Siento que es cansancio de esta vida,
Llena de hostilidad,
De inmundicia, de olvido,
Yo no sé de cierto que será,
Lo que si sé,
Es que me mantiene vivo su recuerdo,
Esos momentos,
Y el hecho que aun le espero.
Dicen que ya no volverá,
Que le olvide,
A lo que respondo
Que tampoco esos años que ya se han ido,
Y no teniendo nada más por que seguir,
Mejor le espero,
Tal vez en una loca carrera,
Quien llegue primero,
La otra que me espere si quiere.
