Yo soy el miedo residente en tu corazón,
Habitante de las profundidades de tu ser,
Esperando, acechando,
Para resurgir poco a poco de entre tus entrañas,
Buscando una salida,
A través de tus acciones, de tus palabras,
De tu verbo.
Aprisionado por tu vida,
Sometido a tú voluntad,
Dejé de ser quien era,
Para ser uno contigo.
Dices que soy el miedo
Cuando lo que realmente temes,
Es a ti,
Dices de mí infinidad de incoherencias,
Como si no me conocieras,
Finges una verborrea
De proyecciones impetuosas,
Sin saber cuando parar,
Temes de mí y temes del mundo,
Al dolor y a la misma soledad,
Esa soledad que te embarga,
Que te funde poco a poco,
Licuando tu materia,
Y volviéndote ufana a mi existencia.
Solo soy tus miedos reflejados,
Tus miedos proyectados,
Provenientes del interior de tu ser,
Transformado en tus miedos,
Por las mismas acciones de tu mente.
Por que sabes bien,
Y yo lo sé también,
Que existimos el uno por el otro.
Miedo...
En eso tienes razón,
Yo soy el miedo,
El mismo creado por rechazos y amores fallidos,
Yo soy el miedo,
Miedo perteneciente a vidas pasadas
Y a la proyección de tus temores.
Y soy, sin embargo,
Aquél que tanto te ama,
El mismo que vive atado a tu existencia,
Pendiente de tu vida
Y de tu destino,
Pendiente de tu amor
Y olvidado del suyo mismo.
Siempre tan frágil, tan fina,
Con movimientos delicados y ondulantes,
Como mecida por el viento,
Con un brillo reflejante,
Y un resplandor sin igual,
Quebrarte con un solo sentimiento,
Amar, reír, soñar.
Cristal tan fino,
De tierras fantásticas,
Formada por ilusiones y sueños,
De oníricas realidades.
Solo tú y nadie más,
Piezas de cristal,
Unidas por un alma,
Alma tan bella y esplendorosa,
Que quema mi mirada,
Con el brillo refulgente de tu ser.
Vivir entre la gloria de glorias pasadas,
De un mundo de Dioses,
Divinas las alas que te permiten volar,
Astillas tus alas y astilla tus cabellos,
Templarte de nuevo con entrar al mar.
Solo tu voz puedo escuchar En la soledad de mi habitación, Recuerdo tus sonrisas, Siempre feliz, Nunca te vi sollozar Ni deprimirte, Ni mucho menos llorar.
Y sin embargo, Hoy mueres de amor, Te marchitas poco a poco, Tus pétalos decaen, Tus sonrojadas mejillas palidecen, Permíteme entrar, Hacerte olvidar tus penas, Permíteme ser alguien en ti, Vivir a la par contigo, Vivir, Morir en tus versos.
Meiyo to shi, sei to shi,
Yami no tenshi, hikari no hane,
No solo existo, también vivo,
Hoy comienza el resto de sus vidas,
Si te dijera que yo no existo y que nunca lo hice,
¿¿Qué sería de sus vidas??
¿¿Que sería del mundo??
¿¿Acaso lo hice?, ¿¿acaso nací?,
En ocasiones la vida me pareciese un sueño,
Nacido entre la bruma,
Inexistente entre mis sueños,
Real solo entre penumbras,
Me despido de tu vida, tan solo vívela,
El sol brillará mañana
Como lo hará miles de días,
Pero esta vez mis ojos no se abrirán,
Permaneceré dormido,
Mientras el mundo gira,
El sol ya no se posará sobre mi espalda,
Ya no existirá más mi sombra,
Ni voz, ni respiración,
Dejaré de brillar
Mientras brilla el sol,
Pero al llegar la noche,
Me recordarás,
Mientras llega la luna.
¿¿Recordarás mi ser??, ¿¿que existí una vez??
¿¿Cómo recordar mi vida, si ni siquiera sé si un día existí??
Esto representa mi vida.
Y si algún día muriera,
¿¿Por cuánto tiempo más viviría en ti??
Dame una razón para no morir,
Dar una razón para dejar de escribir,
Mientras canto el vacío de tu vida,
Mientras danzo al caer la noche,
Por que ahora sé cuán indiferentes somos,
Dime si mueres,
Dime si vives,
Dame una razón para no existir.
Te tiendo la mano si has de venir,
Pero tú seguirás tu camino
Y yo el mío,
Mientras sol calienta,
Mientras la luna nos cubre con su manto nocturno,
Mientras la lluvia fresca humedece tus labios,
Mientras yo te observo reír en tu realidad,
Mientras que yo no existo al igual que tú.
Porque hoy,
Hoy he comenzado a vivir,
Dime ¿¿Qué será de tí??,
¿¿Cómo vivirás ahora??
¿¿Cómo vivirás después??
Ahora que te revelo la verdadera forma,
¿¿Sabes como será??
Shhh! Silencio, no digas nada,
Ni una sola palabra,
Deja que tus ojos digan cuanto me amas.
Shhh! Silencio, no digas nada,
Ni una sola palabra,
Deja que tu cuerpo exprese
Por sí mismo cuanto me extrañas,
Shhh! Silencio, no digas nada,
Ni una sola palabra,
Pues son ellas mismas
Las que me maldicen
Y vuelven loco mi sórdido corazón
Shhh! Silencio, no diré nada,
Ni una sola palabra,
Y dejaré que mis acciones demuestren
Que desde siempre te he amado.
Shhh! Silencio, no digamos nada,
Ni una sola palabra,
Y dejémonos amar
Por los humanos que hubimos creado.
Shhh! Silencio, no digas nada,
Ni una sola palabra,
Que el silencio reine entre tus labios,
Mientras tu risa brilla
Entre las tinieblas de mi tristeza.
Sin importar las distancias,
A mi lado te encuentras,
Podrían ser eones,
Kilómetros, minutos,
Tiempos o espacios,
Sin embargo jamás te alejas,
Son tus recuerdos,
Tus sonrisas y las mías,
Son tus besos y caricias,
Los que me acercan a ti,
Que reducen las distancias.
Es la misma lluvia que cae sobre mí
La que te abraza, la que te empapa.
Somos uno, somos dos,
Son tus memorias y son las mías,
Los recuerdos y sentimientos,
Pero solo un corazón amante,
Parte tuyo y parte mío,
Entrelazados, viviendo uno a uno,
Respirándonos, amándonos,
Embebiéndonos, enjugando nuestras lágrimas.
Somos dos lágrimas corriendo por las mejillas del destino,
Y, sin embargo,
Somos tan solo un pensamiento,
Que se esfuma en el viento
Y viaja por el mundo,
Recorriendo miles y millones de palabras,
Miles y millones de suspiros,
Somos dos y somos uno,
Sin importar las distancias.
Te recuerdo bien en mis memorias,
Te recuerdo bien estando aquí,
No sé si seas tu o sea yo.
Son las calles de esta gran ciudad,
Las que tu sombra veo recorrer,
Paréeseme verte en cada espejo,
Paréeseme verte al doblar la esquina,
No lo sé,
En el pórtico de la catedral,
Entre las nubes que me cubren,
Eres tú, siempre tú, toda tú,
Quien me permite vivir día a día,
Quien me permite salir con afronta
A librar la lucha por la vida.
Eres tú, a quien adoro con toda mi alma,
Por quien vivo, por quien muero,
Por quien me enfrento a todas las adversidades que tengo,
Eres tú en mis pensamientos y en cada una de mis palabras,
Pues es tu imagen con la que puedo escribir,
A través de la cual puedo hablar.
Son tus memorias las que me animan a vivir esta vida,
Porque así,
Estoy cerca, mas cerca que nunca,
Cada vez que estamos lejos.
Es tu sonrisa la que me guía,
Son tus ojos quienes iluminan mi vida,
Eres tú a quien amo sin desdén.
Vivir en tus brazos,
Morir en tus labios,
Renacer en ti, en tu corazón,
Y te lo pido de nuevo,
Permite amarte,
Como si fuese esta vez,
Nuestra última vez.
Estos ángeles,
Parados frente a mí,
Recordándome
Que el tiempo termino,
Que lo que fue ya pasó
Y que el futuro que tengo de frente
Algún día será igual,
Que pierda toda esperanza
Por que esas lágrimas que ruedan por sus mejillas
Se van secando en la tristeza
De la luz que se termina
En el mismo punto donde comienza
El olvido,
Donde se pierde esa memoria del pasado
De tu y de mí
Donde se acaba ese rumor
Con el que te llamaba en sueños,
Donde comienza ese dolor
Que me perdona el existir.
Y me pierdo en esos bosques rojizos,
En aquellos tristemente grisáceos cielos,
Llenos de temor
Por ese llanto que jamás se detendrá.
Y ese canto del ruiseñor,
Que una vez me perdono,
Y esa rosa endulzada con tu piel,
Con el rose de tus labios,
Con el rocío de tu voz,
Coronas que me olvidan,
Recuerdos que me extrañan,
Prismas indulgentes
Que en la nieve me dicen
Que ya todo terminó.
Descanso entre las copas de los árboles,
Paleando el sol en tu mirada,
Y esas dádivas del cielo
Me mostraran que un instante
Mi voz se apagará.
Dicen que yo miento,
Que me miento y que invento tanto
Con lo que ser,
Y la verdad es que sí,
Que me miento,
Que me invento,
Me reinvento día tras día,
Que tomo esos pedazos de mí del día anterior
Para poder seguir hoy.
Por que me pierdo sin la luz,
Por que te recuerdo tan así
Por que te llevo como guía.
Que miento,
Por que solo mintiendo logro crear este mundo
En el que nada importa sino yo,
Este mundo pasado por las armas,
En el que no existen rehenes,
En el que solo hay quienes mueren
En el cumplimiento de su deber,
En el que fui victima de ti.
Tienen razón cuando me injurian con verdades que jamás he dicho,
O atinan a mil palabras cuando mienten de mi vida,
Por que yo soy nada,
Y lo soy todo,
Por que contigo soy
Y sin ti me olvido,
Y llego aun mundo de Van Gogh
Cargado de nostalgia y de frescura,
De tristeza y alegría,
Y llego a este dolor en el que la mudez de ti
Me idea palabras con las cuales definirte,
Que me idea penurias que mas bien son recuerdos,
Que me dicen que no hay cuando fue todo lo contrario,
Que me dicen que te vas y me quedo aquí,
Ahogado en tu retrato,
En esa idea tan tuya,
En esta mente loca que me inventó,
Que hizo de ti un mundo de mentiras,
En esta pérdida de cordura,
Que te pinta tan distante,
En esta pérdida de memoria,
Que me inventan a invitarte.
Me parecen tan extraños los días
En que te vi pasar,
Tan desigual junto a mí.
Aún más extraños me parecen aquellos
En los que te he amado,
Que te he olvidado.
Aquellos días me parecen tan lejanos
Que semejan sueños.
Sueños entremezclados con lágrimas y sonrisas,
Recorriendo tu rostro,
Tus cabellos,
Mecidos por el viento, columpiados de un lado a otro.
Me gusta verte sonreír,
Me gusta verte así, tan sencilla y tan simpática,
Ver tus ojos siempre alegres
Y tu cara reluciente,
Iluminando mi cuarto,
Iluminando mi vida,
Quédate aquí,
Quédate conmigo vida mía.
Te fuiste, te alejaste de mí,
Me parecen tan extraños esos días,
Esos días aún siguen ahí,
No se borran de mi vida, de mi mente, de mi ser,
No se quien soy, pues siempre fui contigo,
Y ya tampoco sé quien fui.
Solo sé, ahora lo sé,
Que contigo yo era todo,
Que podía ser lo que quisiera,
Lo que tú quisieras,
Serías tú, sería yo,
Ya que importa mi pasado
Si tu no estás aquí.
Siempre juntos y a la vez distantes,
Viajando entre las nubes,
Viajando entre las horas de la noche,
La luna nos cubrió con su manto,
El cielo y las estrellas nos cobijaron, nos arroparon,
Siempre tu y yo,
Siempre juntos.
Me parecen tan extraños los días,
Tan extraños,
Que ya los he olvidado.