domingo, 30 de noviembre de 2008

CRIBA


Llegando al lugar de costumbre
para saborear lo que se me ocurra
en esta tradicón de ser yo,
Destapar lo que entre ojos llevo,
lo que se me ocurra describir
mientras lego la tortura de mis oídos,
tanto y tanto y sin zapatos,
desvergonzado en el andar
cuando mis pies dominan la cabeza,
mis sentidos somnolientos
de un diario recurrir.

Y desde las alturas mirar el cielo,
que el suelo previene
de una caída mortal
de lq que n soy sujeto.

Y vos descubrís que no soy
lo que creías ser.

Y vos entiendes
que la vida no se llena con excesos,
sino con la medida justa
de lo que en cada quien cabe.

Y eso me basta para descubrirte
en tu desnudez sincera,
de una durmiente sinestesia,
de un sueño que se espera en colores de sol.

Y entre ese sepia la luz,
tu cobrizo mestizaje,
y me matas con palabras
con melodías que al anochecer
concentro en mis memorias.

¿Y si me olvido de tu nombre unos segundos?
¿Y si me acuerdo de tus labios en momentos?
Entonces, ¿yo que haría?

domingo, 2 de noviembre de 2008

TUNDRA

Invierno que no acaba
por cortar este olvido,
quie todos somos uno,
que uno no o es,
y comienza ese primario
por coger esta salida que no mata,
pero cala al describirte
hasta el más mínimo detalle lo que no conoces,
que todo aquello que se observa es
sino lo que será,
y se describe en lo que muere,
en l que nace siendo muerte,
en lo que muere siendo nada.

Que tan solo ya en picada,
se descubre en su mudez,
tan al hazar,
con un viento sibilante,
con un sonido cortante,
con u chirrid constante,
y ese filo recalcitrante
apagado en tu costado,
desgarrando entre la suerte
surtiendo por la noche
con la misma fe
de u rez inmaculado.

Entre auoras rudimentas,
comenzando por reír.