domingo, 30 de noviembre de 2008

CRIBA


Llegando al lugar de costumbre
para saborear lo que se me ocurra
en esta tradicón de ser yo,
Destapar lo que entre ojos llevo,
lo que se me ocurra describir
mientras lego la tortura de mis oídos,
tanto y tanto y sin zapatos,
desvergonzado en el andar
cuando mis pies dominan la cabeza,
mis sentidos somnolientos
de un diario recurrir.

Y desde las alturas mirar el cielo,
que el suelo previene
de una caída mortal
de lq que n soy sujeto.

Y vos descubrís que no soy
lo que creías ser.

Y vos entiendes
que la vida no se llena con excesos,
sino con la medida justa
de lo que en cada quien cabe.

Y eso me basta para descubrirte
en tu desnudez sincera,
de una durmiente sinestesia,
de un sueño que se espera en colores de sol.

Y entre ese sepia la luz,
tu cobrizo mestizaje,
y me matas con palabras
con melodías que al anochecer
concentro en mis memorias.

¿Y si me olvido de tu nombre unos segundos?
¿Y si me acuerdo de tus labios en momentos?
Entonces, ¿yo que haría?

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