Tu silencio me mata,
A cada segundo,
Me consume a poco,
Di algo, cualquier cosa,
Que mi mundo se vuelve estrecho,
A cada minuto más pequeño,
Mi corazón se oprime
Y tan solo lloro.
Cantaré en tu ausencia,
No moriré con tu silencio,
Gritaré en mi dolor,
Sin olvidar tu existencia,
Quiero estar contigo,
Alcanzarte en el lugar en que estés,
Canto sin ti,
Recordando mis penas,
Ya no siento tus besos,
Tengo frío
Y no quiero alejarte,
Di algo,
Que canto entre tormentas de tristeza,
Mientras olvido vivir.
Y quisiera alejarme,
Y una mano me alcanza
Y tan sólo me dice
Todo estará bien.

Incesante cansancio al andar,
Te miro a los ojos sin ser,
Miradas pérdidas,
Palabras maldichas,
Ufanas canciones de amor,
Poemas sin sentido,
Sin imágenes ni diseños,
Quisiera beberte en un sorbo
Y el brillo en tus ojos ver.
Profanaste el sentimiento,
Con breves miradas,
Persisto en mi lucha
Sin dejarte caer,
Breves historias narradas,
Inmutable sentimiento de amor,
Que brillan en tus ojos las notas,
Mientras suenan mis palabras.
Andar, vivir, soñar,
Mientras espero quieto,
Tu tiempo anda,
El mío te espera.
Que mientras te miro,
El amor muere,
Que mientras sueño,
A mi realidad despierto,
Y me enfrento día a día
A mis temibles respuestas,
El dolor de olvidarte,
El temor de perderte,
Tan solo palabras sin sentido plasmadas.

Desperdiciando vida,
Que me hallo en este encierro
De piel y huesos,
De carne fortuita,
Descubriendo mi pecho
A la inclemencia de esta alma que me quema,
Que me parte,
Buscando liberarme de la nostalgia del ayer,
Perdiendo la razón entre recuerdos,
Queriendo construir mi libertad
Con las cadenas sobradamente oxidadas
De un pasado inagotable
De fábulas y cuentos
En los que ya no están,
Ni mi vida,
Ni mis risas,
Ni la tristeza en la mirada.
Pretendiendo liberarme
De este cuerpo inerte,
De tus palabras dolientes,
De tu aliento que me dijo ya basta,
De esa espalda tuya
Que envuelta en seda
Me perdió en un futuro
En el que no era yo,
En el que no eran mis sueños,
En el que no fue sino esa voluntad de hierro
Quien me dijo olvida.
Que abro los ojos ante el misterio de una voz,
De esa voz con cuerdas vibrantes,
De metales indecentes
Que lloran bajo la noche
Hasta matarme en el final con el tempo redoblado,
Con una nota alta
Que me eriza por completo
Esta lápida pesada,
Que me lleva a no querer dejarla,
Que me pide amarla,
Que el tiempo se detenga,
Me entrego a la locura,
A la pasión desinhibida,
De este ritual indemne,
De esa pasión ferviente y febril
Ante tu mirada inhóspita,
Perdida en el momento,
Que me persigue atentamente
Entre 5 y 5,
Entre 4 y 3,
Entre 1 y 1,
Entre tu y yo.
No entendiste mis palabras,
Te volviste sorda y te volviste ciega,
Nunca oíste cuando te dije te amo,
Nunca viste lo especial que eras para mí,
Ni lo especial que tu presencia me hacía sentir,
No deseo olvidarte y por siempre llevarte en mí.
A mi parecer,
Un simple adiós no sería la palabra indicada,
Ni mucho menos, una acción adecuada,
Pues tendría que excavar en lo más profundo de mi ser
Y extraer de mí,
Todo lo que queda de ti.
Fuiste piedra preciosa,
Gema labrada en mi mente y en mi corazón,
Me cuesta trabajo dejarte,
Olvidarte me será difícil.
Las raíces de tu amor,
Constriñeron mi alma,
Me tomaste por completo,
Pero pronto me olvidaste.
Hoy debo decir adiós,
Pero no puedo olvidarte,
Todo fue magia emanada de tu ser,
Magia hechicera que robo mi corazón,
La magia de tus ojos,
La magia de tus labios
Y de tus palabras
La magia de ti.
Eres tu hechicera,
A quien digo adiós,
Hechicera de mi alma y de mi corazón.

Me siento tan vacío y desolado,
Y tan ausente de mí,
Y es que no sabes cuanta falta me haces,
Extraño tu mirada
Y extraño nuestras charlas,
Extraño tu presencia,
Te extraño a ti.
Recuerdo tu sonrisa,
Tu voz y tu mirada,
Y aún al transcurrir el tiempo
Y que las horas se me vuelven días,
Tú estás presente,
Oprimiéndome tu ausencia,
Te busco y te rebusco,
Me transformo en demente,
Desesperado por verte y no sé que hacer.
Pero a pesar de todo,
Me demuestras que sí existes;
Cuando me decaigo y me deprimo,
La imagen de tu belleza sin igual
Asalta mi cabeza
Y aleja de mí
A aquellos demonios demenciales
Que me orillan a sustraerme entre sueños estridentes.
En ocasiones,
Me encuentro solo,
Completamente desesperado por verte,
Y es que te extraño tanto,
Que sin ti,
Mi vida no es normal,
No sé que decir ni que hacer,
Pues eres tú el ánimo,
Mi alma,
Por y para quien soy,
Contigo,
Puedo vivir y puedo existir,
Remonto mi vuelo,
En ti mis pensamientos,
Y heme aquí,
Volando hacia tu lado,
Son tantas mis penas,
Innumerables mis congojas,
Provocadas por tu ausencia.
Susurros amorosos,
Caricias de la noche,
Longeva la vida de mi amor por ti,
Desde el preámbulo de las cornisas,
Mis besos han viajado, hasta estrellarse en tus labios,
Depositados y nunca extraviados.
A veces tan fría
A veces tan cálida,
Solo en mi ocaso,
Apareció la calma,
Veo a las flores nacer
Y a las nubes desde el cielo caer,
Son las estrellas y galaxias,
Que nuestro amor vio nacer.
Tomo el teléfono y quiero llamarte,
Pero mi voz se quiebra,
No hay palabras para decirte lo que siento,
Sin embargo trataré,
Gritando por los cielos,
Por que te amo.
Que el silencio selle tus labios,
Con un beso bien amado,
Que mis palabras ahoguen las tuyas,
Inmutables muestra de amor.
Besos dados con fervor
Y permíteme amarte
Como siempre te he amado.
Brindemos,
Regocijémonos de nuestras vidas,
De las batallas ganadas,
De las batallas perdidas,
Regocijémonos de las heridas tenidas,
Mientas peleamos en el vivir.
Brindemos ante la fogata de nuestras vidas,
Que se consumen poco a poco,
Cual copa de vino,
Cual botella de esta dulce vid
De la que bebe Dios.
Pues nuestra vida es corta,
Consumámosla pues,
En un solo trago,
Brindemos por la vida que nos queda
Y por aquella que se nos va y a quedado atrás.
¡Brindemos pues amigos!,
Regocijémonos de nuestras vidas,
Y riámonos de nuestras desgracias,
Que las mismas ríen mientras nosotros lloramos y abrazamos nuestras penas
En mis sueños te extraño,
Como te extraño despierto,
Son 12 sueños,
Sueños de convicción y sentimiento,
Sueños de lágrimas y risas,
Sueños,
Proyecciones del cansancio de la vida diaria,
Sueños angustiantes,
Cual pesadillas de oníricas realidades,
Ilusiones intangibles
Provocadas por las órficas notas de tu lira dorada ornamentada,
Mórficas alusiones,
De la tangible e intangible realidad,
Que buscan nuestras mentes,
Hasta poder escapar,
Expiación de culpas,
De verdades y mentiras,
Evanescentes y sempiternas,
Descensos a inframundos,
Irreal y extraordinario nuestro mundo,
Ascensiones tan reales a nuestro supramundo ilusorio y ordinario.
Sempiternos sentimientos,
Ilusorias existencias,
Evanescentes realidades
De titánicas mortandades,
De inmortales idealistas,
Poetas inexistentes,
Líricas resonantes,
Externadas por nuestros sentidos,
Segundos infinitos
De breves historias de existencia.
Cielos rosados,
Dorados trigales,
Vientos infinitos,
Que mecen las horas
En que Kether ha gobernado.
Te amaré en silencio,
Guardando el secreto de mi amor
En la mudez de mis palabras
Y gritaré tu nombre mientras mis labios se sellan,
El io ti voglio bene,
Susurrado entre mis labios
Será un secreto a voces.
Notas musicales,
Cual belleza iluminada,
Palabras vendrán,
Y otras tantas se irán,
Y tu nombre encontrará en mis tramas,
La calidez de mi cansada humanidad recién nacida.
Te amaré en secreto,
Mientras despiertas de tu largo sueño,
Poco a poco, despejarás tu mente,
De aquellos funestos sueños de un amor trazado,
Abre tus ojos lentamente,
Pero no tardes demasiado,
Que mi corazón exige prontitud de amarte,
Mientras que en recuerdos,
Decido entre reír, amar u odiarte.
Me hacen falta tú y tu presencia,
Me duele tu ausencia y la falta de ti,
Me falta tu voz y tu mirada,
Me falta tu aliento y me falta tu sonrisa,
Me faltas tu y me duele tu ausencia.
Espero con ansias
El día de tu retorno,
¿Cuando te veré de nuevo
Y viviré otra vez?,
Las bendiciones al hombre,
Siempre llegan,
Pero los milagros como tú,
Y que me ha enviado Dios,
Brilla por su rareza,
Su existencia,
Está ligada a la existencia de Dios,
Y mi existencia,
Está ligada a la vida brindada por ti.
Me duele tu ausencia y la falta de ti,
Me duele que no estés y que pronto te vayas,
Me duele el no tenerte y extrañarte,
Me ausento de mí si tú no estás,
Si tú te vas.
Nadie me escucha,
No existen oídos para mis lamentos,
Para mis palabras,
Para mi dolor ni mi sufrimiento,
Para mis risas y mi amor,
Nadie me escucha,
Nadie me oye pidiendo ayuda.
Y entonces caigo,
Caigo en una profunda oscuridad,
Esa oscuridad de nuevo
Que me consume
Y a la que se aferra mi agonía,
No quiero hacerlo,
Pues espero verte otra vez.
Nadie me escucha,
Nadie puede verme caer,
¡Grito en el silencio!
¡Grito en mis adentros,
Desde el fondo de mi corazón!
Pero nadie me escucha,
¡¿Acaso no me ves?!
¡Para ti no existo!
¡¿No escuchas mis lamentos, acaso no ves que extiendo mi mano en un signo desesperado y te pido ayuda?!
Pasas a mi lado,
Como creyendo conocerme,
Pero, nada sabes tú de mí,
Como yo de ti,
¡OH, fatalidad!
¡Maldita humanidad!
¡¿Ahora, porqué he de vivir?!
¿Crees que no existo?
Pasas a mi lado disimulando el no verme,
Pero estoy ahí,
En cualquier esquina,
En cualquier crucero.
Son las dos de la madrugada,
Aún estoy despierto,
Y tú, ante el volante de tu auto,
Conduciendo para llegar hasta la calidez de tu hogar.
Mi hogar es la calle,
Quien me recibió con sus brazos abiertos,
Volviéndose para mí el seno materno,
Grito en el silencio,
Y nadie me escucha caer,
Seré un número más en las estadísticas de mañana,
Sin nombres ni apellidos,
Solo un cuerpo más,
Deambulando entre las calles.
Te busco y te rebusco
En miles de sitios,
Y no sé si algún día te he de encontrar,
Sin embargo,
En mí aún vive la esperanza de verte de nuevo.
Examino con minuciosidad
El rostro de las personas
Que pasan junto a mí,
Cien a mi diestra,
Y otro ciento a mi siniestra,
Miro en sus ojos,
Esperando ver en ellos una parte de ti,
Te alejaste hace tiempo
Y prometiste volver de entre los sueños.
Veo tus ojos en el cielo,
Y surge tu sonrisa de entre las aguas
Escucho tu canto que recogen los vientos
Y reconozco tu figura recortada en la tierra.
Esperando a que vuelvas,
He visto cambiar al mundo,
Crecer, vivir, morir, son dones del ser humano,
Negados a mí,
El ser condenado.
Llegaste al despuntar el alba,
Te fuiste en el ocaso,
Por el mismo horizonte
En la costa de la tierra que te vio nacer.
Es la sangre
La sangre de tu pueblo,
Tus rasgos,
Aún vigentes en los rostro de quienes te rodean,
Eres historia,
Eres leyenda,
Eres nación y memoria de tu gente.
Cuando yo me vaya,
No quiero lágrimas en sus rostros,
Ni caras largas,
Quiero que con fiestas y canciones,
Recuerden mi presencia.
No quiero verlos tristes,
Deseo ver caras sonrientes,
De las personas que amo
Y de las que amé,
Que guarden en sí
Ese cariño que en vida
Y aún después de irme,
Les brindé.
Porque aunque mi cuerpo ya no esté entre ustedes,
Viviré entre recuerdos,
Entre sonrisas,
Entre vivencias y experiencias compartidas;
Porque mi vida
No fue infructuosa,
Y dejo en sus manos una vida vivida,
¡Y hagan con ella memorias!,
¡Hagan con ella recuerdos!,
Recuerdos hermosos,
Recuerdos bellos,
Pero también,
Recuerden mis errores y aprendan de ellos,
Aprendan de mi vida y hagan la suya,
Pues yo viví por ti y para ti,
Que descubran quien soy y quien he sido.
Fui una vida entre miles de ellas,
Vivir una vida
Y a la misma agradecer,
Por que han vivido
Y pronto se habrán ido
Un lugar en donde reposar
Y olvidar el cansancio de la vida dura
En donde dormitar las lágrimas de verte lejos,
Una noche,
Un encuentro,
Un lugar en donde fijar mis pupilas,
Aquella mirada cansada
Que revive el trabajo diario,
Sufriendo dolores,
Sufriendo lamentos.
Una sonrisa,
Un lugar de esperanza…
Tu lugar,
Mi lugar
Una cama de mármol
Para reposar mi cuerpo cansado,
Cierro los ojos tan solo un segundo.
Quisiera quedarme contigo,
Pero es largo tu andar,
Descansaré un segundo
Para que mis sueños sean
Solo recuerdos.
Descanso un segundo,
Para alejar el trabajo del diario,
Reconozco los trinos,
Reconozco mi sol,
Tómame entre tus manos,
Y permíteme descansar en tu regazo.
Sobre el asfalto ardiente veo dos ríos,
Uno que nace de tus ojos,
Y otro naciente de mi ser,
Permíteme descansar,
Un lugar para reposar.
Ahora,
Mis poemas hablarán de ti,
Pues eres tú la musa de mis ideas,
! Víctima de mis palabras,
Victimaria de mi corazón ¡ Es tu brillante luz
Que me anima a escribir,
Esa luz que me empapa,
Que envuelve mi cabeza,
Que abriga mis sentimientos,
Es tu latir uno con el mío,
Que se detiene con cada beso,
Con cada caricia,
Con el que morimos día a día.
Son tus palabras que me animan,
Tus castaños cabellos,
Eres tú en efigie de tu espíritu,
Son tus formas, en materia de tu alma.
Eres tú, solo tú, tan siempre tú,
Quien embriaga a mí corazón,
Quien transcribe mi alma,
Quien me dibuja con sus caricias,
Quien me invita a despertar cuando el alma se me escapa entre los sueños,
Mientras yo te amo
Muriendo entre tus besos.